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Fernando Prats: «Un mòbil no ens converteix en fotògrafs. Sí en captadors d'instantànies»

Escrit el 12/04/20 · Temps de lectura: 8 minuts
Fernando Prats

Des de l'aparició del primer mòbil amb càmera fotogràfica l'any 2000, la tecnologia no ha parat d'evolucionar fins a oferir-nos dispositius que incorporen càmeres d'alta resolució dotades d'innombrables prestacions molt properes als aparells professionals. Un fet que, juntament amb el gran ventall d'aplicacions que avui dia permeten editar, retocar, i, en definitiva, millorar una imatge al gust, converteix a cada usuari en un potencial artista. Però només potencial, perquè per crear de veritat cal aquella màgia que transforma una imatge en un relat, la sensibilitat que la fa cobrar vida i la dota de significat. I aquest és un terreny que domina a la perfecció el director d'art i fotografia, artista audiovisual i comunicador, Fernando Prats, que des de fa 30 anys imparteix els seus ensenyaments al voltant de la imatge, i és el creador a Espanya del primer taller de vídeo i fotografia amb mòbils. Vam tenir l'oportunitat de xerrar amb ell en un dels acollidors racons que ofereix Seventy Barcelona, la nova guest house de Núñez i Navarro, on ens va explicar més sobre la seva veritable passió: investigar des de la fotografia, el disseny, el vídeo, la poesia, la música i altres disciplines, la creuada de la paraula i algunes de les seves representacions.

Fernando Prats, va néixer a Morón, Buenos Aires, encara que es va traslladar a Barcelona, fa gairebé 20 anys, en cerca de la gran narrativa europea que percebia a través del cinema, la música i especialment la literatura. I es va trobar amb una ciutat que ell mateix defineix com a “estimulant” de la qual el va captivar el seu clima, la coexistència de cultures i la gran quantitat de propostes que ofereix a només 15 minuts de distància: “Em provoca ganes, desitjos i idees per produir coses. Tinc mar i muntanya. M'agrada molt per viure i és possible fer-ho amb certa inquietud. En ella conviuen llocs amb contrast modern i el que queda d'una altra època: Caixaforum, Parc del Forum, el 22@; també els seus passatges, com el passatge Batlló”.

CaixaForum

Actualmente da clase en el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya y trabaja junto a artistas, empresas culturales y marcas con un interés por lo visual. Entre sus muchas publicaciones encontramos títulos como “Corto y afilado”, “Cómo volver a casa, pero no”, “Una al día”, “Immadencity, “Las penas de los sin lágrimas” o “V__ICE”. Al preguntarle sobre su trabajo nos aclara de forma rotunda: “Me considero más bien un comunicador que un fotógrafo al uso.”. Y nos confiesa: “La fotografía para mí no fue un amor muy temprano. Soy un creador. Siempre me han interesado diferentes disciplinas artísticas. Escribir, la música en grupo y mediante ordenador, la poesía, el diseño. Y también he hecho revistas. Me gusta jugar con la imagen, la tipografía… Hacía algunas fotos con una Kodak Instamatic de mi abuela y alguna compacta. Pero me adentré en la fotografía hace aproximadamente 15 años.”

No obstant, una vegada immers en la fotografia, el seu interès per les imatges captades des del mòbil no es va fer esperar gaire: “M'interessa la provocació amb intenció. Posar en dubte en lloc de descriure. Excavar el que hi ha entre A i B, en els intersticis, que deien els postestructuralistes francesos. Per això el meu interès per la fotografia amb mòbil va sorgir d'hora. El mòbil és una eina a l'abast de tothom. En 8-9 anys ha donat una gran volta. Fins i tot les grans marques se centren en això. Es tracta d'una eina que democratitza gràcies al fet que assimila el que es pot fer amb un gran equip. Ara existeix una vasta cultura a l'abast de tothom si ets una persona amb molts interessos. I a l'abast de les escoles, de l'educació”.

Para Fernando Prats formar a la gente es una parte importante de su profesión: “Hace 30 años que doy clase, a todo tipo de personas y de edades. Me gusta escuchar cuáles son sus necesidades. Y poner en duda, con el mecanismo poético. Entiendo que este trabajo sin dedicación plena no siempre es posible. Pero cuando lo es da grandes resultados”. Y lo tiene claro: “El aprendizaje ha de despertar la curiosidad que hoy está anquilosada. El tiempo de ocio hoy es automatización, en muchas ocasiones, y rutina: por ejemplo, mirar redes… Roland Barthes hablaba del Punctum en una obra: aquello que además de mirar y ver puedo atravesar. Cruzo la herida (porque provoca un ‘punzamiento’) y me alejo del campo nominal que me aporta solo la visión. También vemos hoy que hay un ansia por ser popular o ser reconocido. Juan Carlos Onetti podría haberse preguntado ¿Cuál es el objetivo? ¿Para qué? Pero la respuesta no se sabe. Tal vez sea la de Roberto Arlt cuando planteaba: sentirnos menos miserables”.

Entrevista Fernando Prats

Actualmente da clase en el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya y trabaja junto a artistas, empresas culturales y marcas con un interés por lo visual. Entre sus muchas publicaciones encontramos títulos como “Corto y afilado”, “Cómo volver a casa, pero no”, “Una al día”, “Immadencity, “Las penas de los sin lágrimas” o “V__ICE”. Al preguntarle sobre su trabajo nos aclara de forma rotunda: “Me considero más bien un comunicador que un fotógrafo al uso.”. Y nos confiesa: “La fotografía para mí no fue un amor muy temprano. Soy un creador. Siempre me han interesado diferentes disciplinas artísticas. Escribir, la música en grupo y mediante ordenador, la poesía, el diseño. Y también he hecho revistas. Me gusta jugar con la imagen, la tipografía… Hacía algunas fotos con una Kodak Instamatic de mi abuela y alguna compacta. Pero me adentré en la fotografía hace aproximadamente 15 años.”

Sin embargo, una vez inmerso en la fotografía, su interés por las imágenes captadas desde el móvil no se hizo esperar demasiado: “Me interesa la provocación con intención. Poner en duda en lugar de describir. Escarbar lo que hay entre A y B, en los intersticios, que decían los postestructuralistas franceses. Por eso mi interés por la fotografía con móvil surgió temprano. El móvil es una herramienta al alcance de todos. En 8-9 años ha dado un gran giro. Hasta las grandes marcas se enfocan en ello. Se trata de una herramienta que democratiza gracias a que asimila lo que se puede hacer con un gran equipo. Ahora existe una vasta cultura al alcance de todos si eres una persona con muchos intereses. Y al abasto de las escuelas, de la educación”.

Para Fernando Prats formar a la gente es una parte importante de su profesión: “Hace 30 años que doy clase, a todo tipo de personas y de edades. Me gusta escuchar cuáles son sus necesidades. Y poner en duda, con el mecanismo poético. Entiendo que este trabajo sin dedicación plena no siempre es posible. Pero cuando lo es da grandes resultados”. Y lo tiene claro: “El aprendizaje ha de despertar la curiosidad que hoy está anquilosada. El tiempo de ocio hoy es automatización, en muchas ocasiones, y rutina: por ejemplo, mirar redes… Roland Barthes hablaba del Punctum en una obra: aquello que además de mirar y ver puedo atravesar. Cruzo la herida (porque provoca un ‘punzamiento’) y me alejo del campo nominal que me aporta solo la visión. También vemos hoy que hay un ansia por ser popular o ser reconocido. Juan Carlos Onetti podría haberse preguntado ¿Cuál es el objetivo? ¿Para qué? Pero la respuesta no se sabe. Tal vez sea la de Roberto Arlt cuando planteaba: sentirnos menos miserables”.

Entrevista Fernando Prats

Porque tiene muy claro que poseer buenas herramientas facilita el trabajo, pero no garantiza el éxito, para eso hace falta algún discurso que le dé sentido a todo el conjunto: “Yo he grabado un videoclip de música profesional con 2 móviles y dos cámaras. En mi opinión el resultado depende más de cómo articulas el discurso que de la herramienta. Hoy existen app que simplifican el proceso y la experiencia de crear un vídeo, como por ejemplo NIZO, una app para iOS, que prioriza la experiencia poética y que no hace imprescindible una edición profesional con Final Cut, Premiere Pro o Davinci Resolve. En mi opinión este mestizaje de lenguajes y dispositivos se utilizará cada vez más. Y es más efectivo al poder ofrecer una instantaneidad impensable hasta hace muy poco. Asimismo, cada vez más profesionales se incorporan al diseño de app’s y dotan de profesionalismo a estas herramientas que, además, resultan muy económicas”.

La charla con Fernando es apasionante, tanto por los vastos conocimientos sobre la imagen que posee, como por su punto de vista sensible pero arriesgado. Dos tazas de té después, toca despedirse, pero no sin antes preguntarle por el secreto para tomar buenas fotografías con el móvil. Lejos de lo que imaginábamos, la respuesta tiene más que ver con la intuición que con las prestaciones de nuestras cámaras: “Antes se decía que las primeras 1.000 imágenes eran las peores. Hoy son más de 10.000 las peores. La práctica a nivel intuitivo me parece importante, porque sobrepasa lo que el desarrollador ha previsto. En fotografía, los niños, que cada vez más temprano poseen un móvil, están acostumbrados a probar. El riesgo es que los modelos de comportamiento dependen de la coyuntura y hoy los modelos son ‘famosos, de YouTube o telerrealidad, e influencers’ con una proyección determinada y con intereses de marketing que pueden generar frustración a cierta edad. Probar de manera intuitiva es muy positivo. Los tutoriales sirven, hay que ser curioso e internalizar los procesos. Y relacionarlos con nuestra propia cosmovisión”.

Es posible que no nos convirtamos en los nuevos gurús de la imagen, pero asistiendo a uno de sus talleres, publicados en su web y redes, quizás entendamos un poco más aquella frase de Ansel Adams: “La fotografía es más que un medio para la comunicación efectiva de ideas. Es un arte creativo”.