Grup NN · NN living · NN hotels

5 parques de Barcelona para disfrutar esta primavera

Escrito el 07/03/19 · Tiempo de lectura: 6 minutos
Nuñez i Navarro Parque Ciutadella

Forestales, temáticos, históricos, urbanos…y así hasta 89 espacios verdes de diferente dimensión se extienden a lo largo y ancho de Barcelona, una ciudad geográficamente limitada por el Besòs al norte y el Llobregat al sur, por Collserola al oeste y por el mar al este. A pesar de la leyenda negra que persigue a nuestra ciudad, en comparación con otras grandes ciudades como Londres o París, hay que sacar pecho y presumir de los parques de Barcelona, que sin ser muchos, sí que cuentan con una calidad excelente para pasar un día en familia. ¡Nos vamos de excursión! ¿Te vienes?

Parque de la Ciutadella

Más que un parque, la Ciutadella es un museo al aire libre lleno de vida cultural. Arquitectura, historia y árboles centenarios convierten al pulmón de Barcelona en un lugar en el que pasarte una mañana. Y es que disfrutar el Parque de la Ciutadella es una experiencia que va más allá de sentarse en un banco a leer o disfrutar de un espacio lleno de tranquilidad en el corazón de la gran ciudad. Construido a finales del siglo XIX, fue el primer espacio diseñado específicamente como parque público de Barcelona, que sirvió, entre otras funciones, para albergar la Exposición Universal de 1888. 

De todo ese proceso histórico se han conservado edificios como el actual Parlamento de Cataluña, el Museo de Geología, el invernadero o el Museo de Zoología. Junto a los edificios históricos, el parque cuenta con otro atractivo arquitectónico como es la gran cascada monumental, que simboliza el nacimiento de Venus, junto a otras escenas mitológicas realizadas por escultores catalanes del siglo XIX. Además de la arquitectura, el parque cuenta con muchas esculturas de gran calidad, que reflejan a personajes o momentos importantes de la historia de Cataluña. También destaca un enorme mamut de piedra realizado a tamaño natural.

Pero, sobre todo, la Ciutadella es un parque. Como tal, los barceloneses podemos disfrutar en él de grandes zonas verdes en las que estirarnos a leer un libro o simplemente descansar de un ajetreado día en Barcelona. Y con una superficie de 17 hectáreas, el parque se convierte en un lugar excelente para practicar running o dar un apacible paseo con el que disfrutar del mayor jardín que ofrece Barcelona en su núcleo urbano.

Parque del Laberinto

Se trata del jardín más antiguo de los que se conservan en Barcelona. Pensado en su momento como un jardín neoclásico con un toque de aspecto italiano, su principal atractivo es sin duda el laberinto vegetal compuesto por muros de cipreses que atesora en su interior y que está presidido por una estatua de Eros en el centro. Ese es el principal atractivo de este espacio inmortalizado en la película El Perfume. Su diseño se remonta al año 1794, cuando el marqués de Llupiá encargó la obra al italiano Domenico Bagutti, quien empeñó más de 14 años en su creación. El jardín fue de titularidad privada hasta el año 1971 cuando el Ayuntamiento de Barcelona lo compró y lo adecentó como parque público abierto a la ciudadanía.

La excelente arquitectura del lugar, llena de obras de arte, combina a la perfección con la enorme biodiversidad que atesora el recinto. A las diferentes especies vegetales que refrescan y oxigenan la parte alta de la ciudad hay que añadir estanques, cascadas, fuentes y un canal en su parte superior que hacen del lugar un auténtico jardín-museo al que dedicarle una mañana entera.

Parque de Montjuïc

Un parque de parques, recuperado para la ciudad a partir de 1929, cuando se reordenó y se organizó con motivo de la Exposición Internacional de 1929. Es tal su dimensión y su extensión que lo presentamos aquí como una unidad, aunque se podría dedicar un post a desentrañar la cantidad de espacios propios con los que cuenta el segundo mayor parque urbano de la ciudad, que se extiende a lo largo y ancho de toda la montaña de Montjuïc. Naturaleza, espacios forestales y jardines temáticos conviven con zonas de recreo, deportivas y culturales. ¿Y qué se puede hacer en Montjuïc? Pues prácticamente cualquier opción saludable que se nos pueda ocurrir. Senderismo por toda la montaña, running y ciclismo en uno de los circuitos urbanos míticos del pelotón internacional, así como excursiones al castillo de Montjuïc. Y es que Montjuïc será siempre un lugar vinculado al deporte. Visitar el Museo del Olimpismo o revivir el espíritu de Barcelona’92 es todavía posible a través del legado arquitectónico que conserva el anillo olímpico.

Jardins Teatre

Por lo demás, el parque es un buen lugar para descubrir los micro-espacios que se concentran en todos sus niveles. Desde visitar los jardines del teatre Grec, hasta la mítica Font del Gat, pasando por el palacete Albéniz o el Jardín Botánico. ¡Montjuïc tiene mucho que ofrecernos!

Park Güell

Uno de los iconos más bonitos de Barcelona diseñado por Antonio Gaudí por encargo de Eusebi Güell, que da nombre al lugar. Un parque rodeado de elementos modernistas desde donde disfrutar una de las mejores panorámicas de la ciudad. Aunque fue concebido como ciudad-jardín al estilo inglés, el proyecto no acabó de fructificar y quedó interrumpido en 1914. En 1922 el Ayuntamiento compró la finca e hizo de ella un parque público en el que poder disfrutar, de forma inseparable, de la flora autóctona junto a los elementos arquitectónicos pensados por Gaudí. Esa simbiosis fue reconocida en 1969 al ser declarado como monumento histórico-artístico de interés nacional y en 1984, cuando la UNESCO lo reconoció como Patrimonio la Humanidad.

Aunque es un icono como espacio monumental de Barcelona, no debemos olvidar que el Park Güell es, ante todo, un parque público, que está equipado con todas las instalaciones y servicios para que pueda ser disfrutado no solo por los turistas, sino también por los vecinos y los barceloneses en general, disfrutando de sus impresionantes vistas o de los diferentes jardines y zonas de paseo con las que cuenta el recinto.

Jardines del Palau de Pedralbes

Oasis de vegetación ubicado en la principal arteria viaria de Barcelona: la avenida Diagonal. Uno de los jardines más señoriales de Barcelona en los que pasear, leer o simplemente disfrutar de su frondosa vegetación. El incendio fortuito de la antigua residencia real en Barcelona en 1875 fue el origen de esta zona ajardinada. La familia burguesa Güell compró una serie de fincas aledañas al antiguo palacio con la intención de adecentarlos y ceder un nuevo palacio a los monarcas para sus estancias en nuestra ciudad. De esa forma, se adecentaron diversos campos de cultivo como jardines y se reformó un antiguo palacio que allí había para adaptarlo a su futuro uso como residencia real. Desde entonces, el recinto ha pertenecido al Ayuntamiento y a la Generalitat, que en la actualidad lo utiliza para organizar eventos y actos oficiales.

Jardins Pedralbes

Al tratarse de unos jardines tan antiguos, se pueden encontrar especies poco corrientes, como cedros del Himalaya, del Atlas o de Japón. Desde su entrada principal en la avenida Diagonal, se puede observar un estanque con dos caminos de arena a sus lados que nos llevan hasta el palacio, en la parte superior de la finca, a través de dos hileras de tilos situados en los ejes principales del jardín. Al estar el recinto rodeado por altos muros en todo su perímetro, el estado de conservación en el que se encuentra es magnífico.

Además de su frondosa vegetación, de sus grandes zonas de descanso con bancos para disfrutar de una buena lectura, el recinto ofrece algunas joyas arquitectónicas que merece la pena buscar entre sus recovecos. Concretamente, dos que llevan el sello del genial Antoni Gaudí: una fuente de Hércules con una cabeza de dragón de hierro forjado desde donde sale el agua, y que fue “descubierta” en 1984 durante unas obras de mantenimiento, así como una pérgola parabólica cubierta de trepadoras.

La lista de zonas verdes de Barcelona en las que disfrutar con los nuestros sigue con recintos en los que vegetación, deporte, naturaleza e historia se dan la mano. Afortunadamente, la llegada de la primavera, y con ella el cambio horario, nos garantiza unos cuantos meses de días largos que aprovechar en los parques de Barcelona. ¡Tiempo más que suficiente para seguir descubriéndolos!