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Chema Conesa: “La fotografía no pertenece a quien la hace sino a quien la mira”

Escrito el 15/11/18 · Tiempo de lectura: 6 minutos
Creadores de conciencia cartel

Secuestros, francotiradores, emboscadas, balas perdidas, enfermedades, dolor, sufrimiento, hambre... y la incertidumbre de no saber si alguien te va a pagar por ejercer tu profesión. ¿Quién querría trabajar bajo esas condiciones? Por arriesgado o kamikaze que nos pueda parecer, cientos de reporteros y fotoperiodistas se exponen a esos y otros muchos peligros en algunas de las zonas más calientes del planeta como Siria, Irak, Libia o México para dar testimonio y contar al mundo las injusticias que allí suceden.

Hasta el mes de febrero el Palau Robert acoge una colección producida por la compañía de seguros DKV, que dentro de su acción social rinde homenaje al gremio de fotoperiodistas a través del trabajo de 40 reporteros que han captado con su cámara lo peor, y a veces también lo mejor, del género humano. En total, 120 imágenes que nos pueden generar todo tipo de reacciones menos una: la indiferencia. Con un título tan claro como Creadores de conciencia. 40 fotógrafos comprometidos y con nombres propios como Gervasio Sánchez, Sandra Balsells o Ricardo García Vilanova, la muestra apunta a auténtico bombazo, con presencia confirmada en Madrid, Zaragoza y Valencia y con otras ciudades llamando a la puerta para ser los siguientes. Por eso, hemos querido charlar con el fotógrafo y periodista Chema Conesa (Murcia, 1952), quien se ha encargado de comisariar esta colección que dará mucho que hablar.

Lo primero que sorprende de la exposición es que cobra más importancia el fotógrafo que las fotos

Así es, y está hecho con toda la intención del mundo. Se trata de un homenaje que DKV, a través de su presidente (Javier Vega de Seoane) ha querido hacer a este oficio. Es un hombre muy comprometido con la acción social. En ese sentido se quedó muy impresionado por ver que hay gente que se juega, literalmente, la vida y que acude a primera línea de conflicto, sin ni siquiera la seguridad de que alguien vaya a publicar su trabajo. Le impresionó mucho ver cómo fotógrafos absolutamente desconocidos que tienen una ilusión tremenda por llevar a cabo su trabajo dan testimonio de lo que viven bajo unas condiciones paupérrimas. Por eso, se decidió a inaugurar una colección de fotografía de prensa en la institución. Entonces me pidieron que seleccionase a 40 autores para comenzar la colección DKV de fotografía de prensa.

Creadores de conciencia. ¿Por qué ese título?

El trabajo de los fotoperiodistas es el que golpea en las conciencias de la gente que lo ve. No quiere decir que todos los que lo vean se emocionen o sean permeables a esas imágenes. Pero sí es cierto que la única forma de transmitir una emoción rápida es a través de la imagen fotográfica. Y ellos cumplen esa misión publicando en los medios de prensa.

Bien es cierto que al oficio de reportero de prensa se llega de diferentes maneras. Unos vienen del oficio del periodismo y comprenden su profesión y la comunicación. Y otros llegan entusiasmados por vivir una experiencia a través de algo tan bonito como es la fotografía, por el simple hecho de estar allí, como los aventureros que querían vivir la sensación de estar allí delante. Por eso hay gente que no estaba de acuerdo con el título, ya que se ha considerado que en ese segundo grupo no había la voluntad de generar conciencia. Sin embargo, hemos persistido con la idea original porque la conciencia no depende de la voluntad con la que se toma la foto. La conciencia depende de la cultura de cada cual y de su estructura interna. Dicho de otra forma. La fotografía no pertenece a quien la hace sino a quien la mira.

Creadores de conciencia

¿Están todos los que son? ¿Por qué 40?

Son todos los que están pero no están todos los que son. Primero porque es imposible meterlos a todos y segundo porque mi encargo fue comenzar una colección. Por tanto no podía dejar fuera a gente más experimentada que en su día trabajó mucho en temas importantes, que son excelentes fotógrafos, pero que ahora han dejado la primera línea para dedicarse a otras cosas. Eso ha supuesto que muchos otros jóvenes, que actualmente sí están en primera línea no han podido entrar en esta muestra. En todo caso, la idea era crear un mapa de los conflictos más actuales que tiene el mundo para que de alguna forma todos estuviesen representados. Por eso hemos ido eligiendo las fotos de cada fotógrafo que mejor trazaban ese mapa.

¿Cuál fue el feedback de los fotógrafos cuando se les planteó la idea?

Ha sido maravilloso. Estamos ante una profesión muy mal pagada, en la que algunos no tienen ni contrato y tienen que esperar a volver para ver si alguien les compra las fotos. Que les diesen una suma de dinero por tres de sus fotos para formar parte de una colección ha sido bien recibido. También hemos querido reconocer su trayectoria, incluyendo la biografía de cada uno de ellos como parte de la exposición. En este oficio se han reunido diversas profesiones, ingenieros, médicos, etcétera, que han accedido a la fotografía gracias a la pasión por testimoniar.

¿Cada fotógrafo ha elegido qué material aportaba o se ha intentado buscar un equilibrio de fotos y temáticas?

Efectivamente, mi labor ha sido la de conseguir ese equilibrio del que te hablaba antes. Por ejemplo, el tema de los refugiados predomina sobre otras temáticas, porque la mayoría de estos grandes fotógrafos han cubierto este movimiento. ¿Qué hemos hecho? Seleccionar una foto sobre refugiados y luego las otras dos sobre otros temas: la sanidad, la violencia contra la mujer, la pobreza, la enfermedad, temas a los que nos interesaba también dar presencia.

Creadores de conciencia

Esta exposición nos enseña también que no hace falta irse a una zona de conflicto para tener una fotonoticia…

Sin duda alguna. La imagen se justifica por sí misma independientemente de dónde haya sido tomada. Solo hace falta tener claro qué se quiere comunicar y ser lo suficientemente hábil para hacerlo dignamente. No es el tema lo que nos llama forzosamente, sino que incidiendo en ese tema, la foto sea perfecta.

¿Qué feedback habéis recibido del público?

Bastante positivo la verdad. El Palau Robert está batiendo récords de asistencia y los profesionales están muy contentos por el resultado obtenido. Estamos francamente contentos con el resultado.

¿Tiene previsto extender esta colección a otros puntos de España, más allá de Madrid, Zaragoza y Valencia?

Esa es la idea, dar sentido al título y poner a trabajar las conciencias de la gente. Tras estas ciudades ya confirmadas, estoy convencido que iremos a otras. Gijón ya nos ha confirmado presencia, Sevilla está interesada en acoger la colección. Estamos seguros de que va a tener un recorrido interesante.

Creadores de conciencia Ricardo Garcia Vilanova

Ricardo García Vilanova comentó hace un par de semanas que el fotoperiodismo está en vías de extinción. ¿Comparte su diagnóstico?

Es una respuesta que habría que dar como país. Ricardo tuvo la desgracia de ser secuestrado en unas condiciones durísimas y ha sido a raíz de su secuestro que su trabajo se ha empezado a reconocer y valorar. Eso es injusto, porque ya era igual de bueno mucho antes. Si en España no tenemos entidades periodísticas fuertes que sean capaces de enviar a fotógrafos a estas zonas, muchos de ellos acabarán trabajando para revistas y medios internacionales, que son las que todavía creen de verdad en el periodismo. Lo que quiere decir Ricardo es que quien pretenda vivir del fotoreporterismo lo va a tener muy complicado. Por eso a mí me parecen héroes esos jóvenes que se van a zonas de conflicto sabiendo todo esto. Se les dice hasta la saciedad en las escuelas. Es muy arriesgado tanto a nivel físico como económico y la pasión inicial que les mueve no puede mantenerse siempre.

¿Cree que esta exposición puede servir para concienciar sobre la necesidad del fotoperiodismo o incluso para crear escuela?

Ese es un deseo que, desgraciadamente, queda fuera de nuestro alcance. Con esta exposición aspiramos a que se vea, se admire y se sienta lo que es trabajar en unas condiciones durísimas con riesgo físico continuo y sin ningún tipo de seguridad.