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Angie Rosales (Pallapupas): “reír te da vida”

Escrito el 31/10/18 · Tiempo de lectura: 6 minutos
Pallapupas

¿Puede una sonrisa cambiar una vida? ¿Se puede llegar a sonreír en cualquier circunstancia vital? Tras realizar esta entrevista con Angie Rosales podemos y debemos afirmar que sí, que la sonrisa es curativa y que da vida. Que genera en la gente un positivismo que les hace afrontar de otra manera las diferentes adversidades, físicas o emocionales que les asaltan en sus vidas. Y para dar buena fe de ello, Pallapupas, una asociación sin ánimo de lucro que hace de los hospitales un espacio más humano, trabaja para que haya un lugar para la risa durante el proceso de enfermedad a través de actuaciones artísticas orientadas a niños y mayores, y siempre en estrecha colaboración con el personal sanitario.

Recientemente, la compañía ultima el traslado de su sede a un local del Grupo Núñez i Navarro en la calle Bisbe Laguarda, en el barrio del Raval. Por eso, y aunque ya tienen cierta relevancia, no podíamos dejar pasar la oportunidad de dar altavoz a su mensaje.

Dinos, Angie, ¿cómo nace Pallapupas?

Yo soy actriz de formación y había hecho televisión, teatro y sobre todo publicidad. Una mañana de 1997, en Mallorca, un compañero con el que trabajaba me invitó a ir a un casting de payasa de hospital, aun sabiendo que el clown no era mi mejor disciplina. Finalmente fui y esa experiencia me impactó y cambió mi vida. Ver cómo un espacio tan aséptico, serio y silencioso, se convertía de golpe en un lugar de risa y de juegos, gracias a los payasos de hospital me impactó. Me llamaron para confírmame que me habían seleccionado y ese fue el origen de mi actividad como payasa de hospital.

No sabía lo que me esperaba, ya que por suerte mis hijos y familia habían tenido buena salud y yo no había tenido ninguna experiencia con los hospitales, más allá de las visitas cortas o de cortesía. Pero al entrar a un hospital como payasa, se me abrió la conciencia de golpe, y me di cuenta que estos espacios son como ciudades dentro de ciudades, superpoblados y con historias de vida tremendas.

¿Cuántas personas integran la asociación?

Actualmente somos 28 payasos de hospital, 4 dinamizadores de teatro y 11 personas en el equipo de gestión.

¿Qué tipo de asistencia ofrece Pallapupas a los enfermos?

Se puede decir que mejoramos el estado emocional de los pacientes generando un cambio positivo mediante el humor y el teatro. Nuestra asistencia es emocional, pero existen estudios que demuestran que éste es un factor determinante para la curación “física”. Tratamos a los pacientes como personas, devolviéndoles la potestad de adoptar la actitud que elijan para vivir el proceso de enfermedad de la mejor manera, generando un cambio positivo.

¿Cómo llegáis vosotros hasta la habitación del paciente? ¿Cuál es el proceso de contratación?

Normalmente tenemos la suerte que es el propio personal sanitario quien, en un proceso de humanización de su hospital o unidad, quiere contar con la presencia de los Pallapupas como parte del equipo asistencial.

Los Pallapupas somos actores y actrices profesionales, para nuestro método de intervención no es viable trabajar con voluntarios. Por ello, el inicio de la actividad de Pallapupas en un hospital siempre va de la mano de donantes privados, ya sean iniciativas particulares de captación de fondos, o mecenas que financian nuestros programas.

¿Tenéis información previa de cada paciente al que vais a visitar o vais un poco “a ciegas”?

Nunca se entra a una habitación “a ciegas”. Antes del servicio se hace siempre una transmisión donde el personal sanitario nos pasa el estado de los enfermos para saber también qué necesidades tiene cada persona. No es lo mismo visitar a un bebé, al que ayudaremos con música, gesticulando, y actuando con los padres, que a un niño o niña que le han operado la garganta y no pude hablar, o a un adulto que puede interactuar de diferente manera.

¿Cómo vive el personal sanitario la irrupción de su área de trabajo?

No lo viven para nada como una irrupción, más bien como compañeros a los que facilitamos su trabajo: no es lo mismo extraer sangre o el proceso de la anestesia a un niño llorando y moviéndose a que se esté riendo y jugando. Ni para el personal sanitario, ni para la familia, ni por supuesto para el propio niño o niña.

¿Alguna vez habéis recibido un portazo en las narices o rechazo de enfermos y/o familiares?

Algunas veces se capta en el ambiente que es mejor volver en un rato u otro día y por supuesto nos retiramos, sabemos captar esas ondas para saber qué hacer en cada momento, personalizando nuestra actuación.

¿Cómo fue para vosotros acceder a un espacio tan restringido como un quirófano?

¡Fue la máxima expresión de que realmente el equipo sanitario cuenta con nosotros y somos útiles!

¿de qué manera es posible que convivan en un mismo espacio el humor y el dolor?

Comprobamos cada día que el dolor es inevitable pero el sufrimiento es una elección personal y optativa. ¡La gente en los hospitales lo tiene clarísimo! Los padres y madres quieren regalar esas sonrisas a sus hijos enfermos, quieren lo mejor para ellos, que sigan siendo niños a pesar de estar enfermos… y quieren verles reír.

¿Cuesta “olvidarse” o pasar página de las historias que os vais encontrando a diario?

Claro que sí. Además hay niños, niñas y familias que ves semana tras semana durante meses y a veces años. Y a veces hay vidas que se apagan… olvidarlos es imposible, pero lo importante es saber la calidad del paso por el hospital que les has podido dar.

Además de la infancia, también tenéis un programa de actuaciones en centros para la tercera edad. ¿Surgió como evolución natural de vuestro día a día o se generó una demanda a partir de los resultados con niños?

Fue una evolución natural, queremos ayudar emocionalmente a todos los pacientes, desde los 0 hasta los 100 años y más. Aunque es un programa que no se está desarrollando vemos que funciona perfectamente. La gente mayor necesita volver a ser la persona que fueron, recordando, interactuando, riéndose, gracias al teatro y el humor de los Pallapupas.

Otro de los programas que tiene Pallapupas es el de Salud Mental ¿En qué consiste?

Con el colectivo de Salud Mental nos quitamos la nariz para trabajar mediante dinámicas teatrales tanto dentro como fuera del hospital a través de nuestras 3 compañías de teatro amateur, donde trabajamos principalmente con la técnica del “teatro del oprimido”. En esos espacios, las personas, que están diagnosticadas con algún trastorno mental, mejoran su capacidad de relacionarse y construyen otra mirada respecto a su problemática: gracias al teatro, vuelven a ser personas y pueden dejar de lado su etiqueta social de “enfermos”.

¿Qué es lo que más os demandan actualmente?

En cuanto a intervenciones, el programa de Payasos de hospital con Infancia es el más desarrollado y el más demandado, ya que estamos en 8 de los 13 hospitales en los que ofrecemos servicio.

¿Qué tipo de público es más agradecido por vuestra labor? ¿Y el más gratificante para vosotros?

Todos por igual, la devolución en risas o transformación personal es el éxito.

¿Tenéis constancia de otra asociación que desempeñe las mismas funciones en otras comunidades o en ámbito estatal?

Por supuesto, y aunque todas tenemos diferencias a la hora de realizar la intervención, menos mal que existen. ¡Debería haber payasos de hospital en todos los hospitales del mundo!

En la conferencia TEDx que está en Youtube y en la web de Pallapupas hablas del poder de la sonrisa. ¿En qué consiste ese poder y quién lo puede desarrollar?

Ese poder en Pallapupas lo transmitimos gracias a la máscara más pequeña del mundo: la nariz roja. Consiste en la capacidad que tenemos como seres humanos, independientemente de la situación vital en la que estemos, de elegir la actitud que tomamos frente a las circunstancias. Y os hago un “spoiler”: reír te da vida.