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CDB Arquitectura: “en la rehabilitación del edificio EADA ha pesado mucho estar transformando un trocito de ciudad”

Escrito el 25/10/18 · Tiempo de lectura: 7 minutos
Fachada frontal EADA

Tras 60 años de funcionamiento en los que ha formado a 120.000 alumnos, la escuela de negocios EADA está llevando a cabo un restyling de su edificio corporativo. El inmueble, propiedad de Núñez i Navarro, está situado en pleno Eixample de Barcelona (Aragó con Muntaner) y ya fue sede de la marca de neveras Corberó antes de acoger a esta escuela que ha conseguido auparse hasta el Top-50 de los mejores centros del mundo. El proyecto de remodelación corre a cargo del estudio CDB Arquitectura, que apuesta por una delicada atención durante todo el proceso, desde la conceptualización de los espacios hasta la obra acabada, tanto en el diseño a pequeña escala como en el desarrollo de programas de gran alcance.

EADA Edificios

Ahora que el proyecto enfila su recta final, está previsto que finalice en diciembre de este año, hemos querido charlar con los responsables, Humbert Costas (Barcelona, 1949) y Carlos Durán (Caracas, 1975).

¿Cuál fue la solicitud específica que hizo EADA cuando os encargaron el proyecto?

Humbert Costas: Era un trabajo muy acotado. Rehacer la fachada y el vestíbulo, y quizás la cafetería. Entonces, cuando empezamos a trabajar captamos que el edificio estaba fuera de normativa. Propusimos hacer arreglos que iban más allá de eso. Lo que propusimos, les encantó y entonces entramos en una remodelación integral. Esto fue rápido, duró un par de meses. Aunque inicialmente era un cambio de imagen, terminó siendo algo más grande y sobre todo una puesta al día en cuanto a normativa.

¿Cuáles son las características del proyecto?

Carlos Durán: Creo que lo resumiría en tres grandes operaciones. Unas son más visibles que otras. Pero básicamente son los núcleos de comunicación, que corresponde a dos escaleras y dos ascensores. Estos se reordenan de mejor manera y se ubican hacia las puntas del edificio, porque es un edificio muy alargado y estrecho. De esta manera, no se genera recorrido en “fondo de saco”, sino que siempre tienes un núcleo en ambos extremos y los ascensores se introducen en un patio de ventilación que tenía el propio edificio.

La segunda operación es el reordenamiento de toda la funcionalidad del edificio. Se trata de una restructuración para ordenarlo de mejor manera. Desde nuestro punto de vista era hacer un centro de gravedad, que es el hall, que se complementa con un auditorio en el nivel -1 y con la biblioteca en el entresuelo. Esto es como el epicentro más público. Abajo hay un nivel -2 que posee un uso muy técnico. Para arriba la primera planta es un open space de oficinas y de la 2 a la 7 es aulario. Todo esto antes estaba de una manera muy caótica. Ahora hay un orden estudiado y creemos que funcionará bien a nivel de flujos de personas.

Finalmente, la tercera operación es el cambio de imagen exterior. Esto es lo más visible y lo que finalizaremos este año.

¿Cómo fue la decisión entre optar por algo moderno o mantener la tradición arquitectónica del lugar?

C.D: Creo que la tradición arquitectónica del lugar no existía. El edificio ya rompía con la tradición arquitectónica de lo que es el Eixample. Había un edificio que tenía un cierto atractivo y tenía más de 60 años, con una tribuna despejada hacia la calle Aragón. Lo que quisimos hacer fue unificar el edificio, ya que es estrecho y alargado y el uso interno es siempre el mismo. Por lo anterior, creamos una doble piel para cambiar la imagen y para una protección del sol de poniente que castigaba bastante las aulas.

Podríamos decir que esa fue una de las oportunidades de asumir un edificio que está en pleno centro de Barcelona…

C.D: Sí, fue una oportunidad de trabajar en pleno centro, en el Eixample. Era otro reto, porque no tenía un componente histórico de edificio del Eixample.

H.C.: El edificio ya no respetaba la arquitectura del Eixample. Ya había sido novedoso en su día. Nosotros intentamos ser novedosos también, pero con un respeto un poco más allá. La segunda piel que es de cristal, será un componente vertical que le dará una apariencia innovadora, pero, a la vez, más respetuosa con lo que es el Eixample. No es algo fácil, porque es un edificio que tiene mucha fachada y poco cuerpo.

¿Cuáles han sido las inspiraciones para este proyecto?

H.C.: Las inspiraciones son algo muy raro. Existen siempre y no están nunca cuando las quieres. Tenemos suerte de que la arquitectura evoluciona con mucho tiempo. No son inspiraciones que cambian rápidamente. Sino que es el proceso de elaboración, el tener conciencia de lo que estás haciendo en un trozo de ciudad.

C.D.: En la inspiración puede existir un golpe de imaginación rápido y fortuito. Pero en realidad es más un proceso de acumulación de referencias que vas acumulando en tu mente y tu ojo. No es que hayamos mirado algo para hacer esta fachada. Además tiene un componente funcional. ¿Qué es lo que estás haciendo? ¿Por qué lo estás haciendo? ¿Hay un cambio de imagen?

¿Cómo ha sido trabajar en conjunto con Núñez i Navarro?

H.C: Ha sido como tener dos clientes. Por un lado, un tema muy concentrado en los usos y, por otro, la imagen que tenía que ser compatible con ambas empresas. Ha ido bien. Seguimos colaborando y estamos decidiendo cada paso conjuntamente. Núñez i Navarro ha sido un cliente que ha participado en el proceso, o sea no se ha esperado al resultado final.

¿Qué criterios se tuvieron en cuenta considerando el público de este edificio, el alumnado que se prevé serán futuros ejecutivos de empresas?

C.D.: Es una pregunta compleja de responder, pero te diría que nosotros somos bastante austeros en ese sentido y no influenciables porque haya un tipo de alumnado u otro. Hacemos en base al presupuesto que hay. Más allá de las decisiones funcionales, la cafetería la posicionamos donde estaba porque ya estaba bien y con unas vistas espectaculares.

H.C.: Ha pesado más el hecho de estar haciendo un trocito de ciudad, del Eixample. En una calle de muchísimo tráfico, hemos intentado captar un poco más la atención de la gente que circula por esa calle, pero sin estridencias. Es un tema más de relación con la ciudad, más que con los alumnos. Los alumnos van a entrar a un edificio que está en el centro del Eixample de Barcelona. Las aulas sí que las hemos acomodado en temas de tecnología actuales, vistas, colores, iluminación, etcétera. Pero la fachada tiene que ver más con el compromiso con la ciudad.

A final del año pasado se realizó una inauguración parcial del edificio, ¿cuál fue la recepción de este público?

C. D.: Muy buena. La verdad es que las críticas de todo el equipo EADA y del alumnado fueron muy buenas. El año pasado se acabó la segunda fase y EADA decidió hacer una inauguración de estas instalaciones correspondientes al auditorio, una gran proposición de la planta baja, la biblioteca y la cafetería.

EADA

Hablando un poco de la carrera de ambos, ¿cuál es el propósito de CBD Arquitectura?

C.D.: Nosotros colaboramos desde el año 2000. Primero, éramos otro número de socios y ahora nos hemos quedado Humbert y yo al frente de CBD Arquitectura. Como propósito tenemos hacer las cosas lo mejor posible desde nuestra humilde capacidad. Hacer la mejor arquitectura posible y dar una respuesta ágil y adecuada al cliente, ya sea privado o público. Hacemos una gran proposición de proyectos públicos, un componente que no queremos abandonar.

H.C.: Es un proceso. Comencé mi carrera en el 1975. Es decir, tengo ya muchos años en este mundo. Creo que lo que está bien de esta asociación es precisamente el complemento que hay de una experiencia muy larga y la juventud que da un impulso nuevo. Este momento, nos están encargando cosas en que la suma de ambas visiones da muy buenos resultados. Estamos muy contentos.

Además de una fuerte presencia en Catalunya y el resto de España, ¿cómo está la proyección internacional del estudio?

H.C.: Hemos desarrollado proyectos en Paraguay y en Chile. Lo que pasa es que estas aventuras son difíciles si no vas acompañado de un socio local.

¿Qué opciones de crecimiento hay en el mercado latinoamericano?

C.D.: Las opciones están y son fuertes. Hace tres años estuvimos en Chile y había muchas opciones. Pero había que quedarse ahí o tener un socio local estable. Es más cómodo desarrollar aquí, y más cuando comienzas a tener más proyectos.

¿Qué opinión tienen sobre el trabajo de rehabilitación que hace Núñez i Navarro?

H.C.: Nos estamos ententiendo muy bien, tanto en este proyecto como en un edificio de viviendas en el que también trabajamos con ellos.

C.D.: Yo,además, percibo el interés de Núñez i Navarro en apostar por la calidad en lo constructivo y en lo arquitectónico, en hacer acabados duraderos en el tiempo y en hacerlos bien.