Joana Bonet: “Solo desde la igualdad podremos entretejer mejor nuestras sociedades y llegar al progreso”
En las últimas décadas el papel de la mujer ha experimentado grandes cambios tanto en el ámbito social como en el laboral. Una evolución que la escritora y periodista Joana Bonet, analiza en su libro Fabulosas y rebeldes. Cómo me hice mujer. Un homenaje a las figuras femeninas que influyeron en su vida y en el que la autora nos regala, a través de su propio relato personal, una profunda reflexión sobre la condición de la mujer a lo largo de los años, desde finales del franquismo hasta la actualidad.
A lo largo de sus más de 30 años de carrera como periodista y escritora, Joana Bonet ha colaborado en los principales medios de prensa, radio y televisión, ha dirigido revistas de éxito como WOMAN, Marie Claire, Fashion and Arts; ha publicado siete libros y ha recibido numerosos reconocimientos a su labor en la lucha por la igualdad de género.
Tras organizar en Seventy Barcelona la presentación de la 1ª edición de los premios de moda y artes Fashion&Arts, uno de los eventos sociales más destacados de Barcelona antes del confinamiento, quisimos volver charlar con ella y descubrir más acerca de su vida, su visión de la ciudad y, por supuesto, de su último libro. A pesar de su agenda, repleta de compromisos que la mantienen continuamente en movimiento entre ciudades, nos hizo un hueco para sentarnos con ella en la distancia y compartir una enriquecedora y esperanzadora charla sobre la evolución del papel de la mujer en nuestra sociedad. Y sobre la suya propia.
La historia de Joana Bonet comienza entre Vinaixa y Albi, dos pueblecitos situados en Les Garrigues, Lleida, en los que nacieron sus padres y donde ella vivió su infancia. Unas tierras bañadas por parajes secos, pero con una vegetación muy valiosa que, a pesar de las áridas condiciones climáticas, logra abrirse paso para crecer en la falda de la montaña. Plantas fuertes, resistentes y aromáticas, con una esencia que permanece y deja huella. Las mismas que vieron crecer a la escritora y que parecen haberle impreso ese mismo espíritu de persistencia que la ha acompañado a lo largo de su vida en la consecución de cada una de sus metas.
Se define a sí misma como una mujer muy observadora y curiosa, que ha sabido mantener intacta su capacidad para asombrarse. Y si una cosa tiene clara, es el orden exacto que ocupa cada uno de los roles de su vida: “Primero soy madre, luego soy escritora y periodista. El periodismo ha sido siempre para mí una especie de marido vigoroso y la escritura mi primer amor platónico y mi amante de por vida. Un amante fiel, pero también infiel, porqué con la escritura te debes medir cada día para ver si te resiste”.
En su libro, Joana Bonet escoge la historia de 40 mujeres “fabulosas y rebeldes” para ilustrar el relato. Mujeres que, de un modo u otro, han jugado un papel importante en su vida: “La elección ha sido una especie de asociación libre de ideas. Son nombres de mujeres que de entrada me atraen, algunas con misterio o incluso con un punto de distancia, como Patricia Highsmith, por ejemplo. Otras han sido lejanas, pero a la vez me impactó su libertad, como Lola Flores. En una España aún muy acomplejada y cateta, su libertad sexual, sin duda, fue un soplo para mí, siendo muy joven. También hay muchísimas escritoras que son aquellas que me han ido alimentando la vocación literaria; y luego las hay pioneras, como Janis Joplin que fue la primera mujer estrella de rock and roll, y que estaba cargada de complejos.”
Tal como afirmaba el escritor Manuel Vilas en la presentación de su libro Fabulosas y rebeldes en Madrid, para Joana Bonet “si alguien no ha fracasado en la vida no es interesante”. Por eso las vidas de las mujeres que la escritora recoge en su libro son vidas imperfectas, con sus momentos de fracaso: “Algunas, incluso, tienen finales trágicos. En todo caso no he buscado la ejemplaridad, he buscado el golpe de emoción, incluso de admiración. He intentado escribir con cierta distancia acercándome a un aspecto de la vida de esas mujeres, porque verdaderamente en estos perfiles, por el formato, por la brevedad, es imposible resumir su vida, ni era mi intención. Se trataba más bien de transmitir cómo me habían enamorado, desde dónde me habían interesado, me habían nutrido y me habían hecho mover ideas. Porque sobre todo me han hecho trasladar, mover y encender pequeñas chispas de ideas”.
Al preguntarle cómo evalúa ella la situación actual de la mujer, afirma de un modo esperanzador, que estamos viviendo una época en la que la igualdad nunca había gozado de tan buena salud: “La concienciación global hacia la igualdad real cada vez es más firme y por lo tanto, podemos decir que el feminismo ha conquistado el debate de la opinión pública y ha creado un vínculo, sobre todo con las nuevas generaciones, educadas en cátedras de género y por madres que han trabajado y han experimentado en su día a día, en su relación con sus empresas, con las entidades bancarias, con su dinero, con sus compañeros de trabajo… la desigualdad. Y han luchado por vencerla”.
Y añade: “Las nuevas generaciones de millenials esgrimen una convicción y un feminismo mucho más activo que el de generaciones anteriores. Desde el punto de vista de empresa, evidentemente, hay aún un dato demasiado débil en cuanto a las mujeres que ocupan los consejos de administración y la brecha salarial aún dista mucho de poderse corregir. La violencia de género sigue siendo uno de los problemas troncales de nuestra sociedad, también por lo que afecta a nuestro tejido social, sobre todo a los niños, la cadena de hechos dramáticos que comporta la falta de respeto y agresión solo por el hecho de ser mujer. Ir hacia atrás, verdaderamente, sería un retroceso muy peligroso. No se puede romper el consenso que hemos alcanzado”.
El camino que han recorrido las mujeres del país hasta llegar al punto en el que nos encontramos ha sido largo, y, por supuesto, ha estado plagado de dificultades y obstáculos. Tal como reflexiona la periodista: “En España, las mujeres recorrieron en menos de 10 años, desde la muerte de Franco, lo que el resto de europeas y occidentales recorrieron a lo largo de 30-40 años. Partíamos de una posición de retroceso y desventaja clarísima porque llevábamos ese atraso que había impedido que la mujer fuera independiente y autónoma. La hermenéutica de los tiempos en la España de los ’60-’70 aún fijaba la posición de la mujer supeditada al hombre, la mujer como prótesis del hombre, no como ser completo. El viaje que han realizado las mujeres españolas desde los años ‘40 hasta hoy es un viaje galáctico, pero que las mujeres han recorrido con normalidad, con valentía, con desafío, sin necesidad de autoproclamarse heroínas de nada, aunque partieran de una posición muy desventajosa”.
Y justo ahora en 2021, veintiún años después del cambio de milenio, es cuando la escritora afirma con plena convicción que “el feminismo ha ganado la batalla de la opinión pública y ya es un tema central, no marginal. El entendimiento de la declaración de una mujer como feminista hoy es mucho más orgánico, antes se había envenenado tanto la palabra feminismo que muchas mujeres no sabían lo que significaba. Se creía que las feministas no eran amigas de los hombres, que era una guerra de sexos, y nada más lejos que esto. Yo creo en un feminismo que ponga la vida en el centro y, por tanto, que difunda una cultura humanista basada en la igualdad, la igualdad de sexos. Solo desde la igualdad y no desde la diferencia podremos entretejer mejor nuestras sociedades y llegar al progreso. Las sociedades más progresistas y prósperas son aquellas que tienen más reparto entre hombres y mujeres en el poder, en la universidad, en la gestión, en la transmisión de valores…”.
Sin embargo, ahora mismo, con la crisis del coronavirus, Joana afirma que "hemos visto cómo las tareas domésticas volvían a recaer en su gran mayoría sobre las mujeres y hemos visto a muchos hombres salir con la bolsa a la calle a comprar porque necesitaban respirar. Esta sensación de que la mujer se realiza en el hogar es falsa, es un tópico, ahora bien, su capacidad para dar cuidado custodia, aliento, seguridad, que serían algunos de los adjetivos que definirían lo que es un hogar, pues creo que sí, que las mujeres van sobradas de estas habilidades y lo han demostrado, y más en esta crisis. La idea de que la mujer solo puede realizarse como el ángel del hogar, que precisamente es un concepto que aparece en una frase Virginia Woolf con la que encabezo mi libro: ‘El primer deber de una mujer escritora es matar al ángel del hogar’, esta idea sí que la hemos querido combatir, porque escribir implica soledad, implica introspección, implica no seguir el patrón exacto de lo que quiere y necesita el ángel del hogar”.
Y una vez vencido ese ángel opresor, para Joana el hogar es “el lugar donde descansa mi alma, mi cuerpo, todos mis yos, donde tiene morada mi confusión y también donde celebro la vida con las personas que más quiero, mis hijas. Es un nido, es el refugio del ser, un espacio interior y a la vez un espacio que hay que airear y ventilar mucho y que cambia y se enriquece con la presencia y el paso de los otros a los que les abres la puerta de tu casa”.
Al preguntarle por Barcelona, Bonet nos explica que atesora muchos recuerdos vividos en la ciudad, pues en ella, tal como nos explica “han transcurrido los primeros años de construcción de mi incorporación a la vida laboral y al trabajo. Barcelona fue mi bautismo profesional y a la vez mis primeras andaduras. El ansia de libertad saciada y, sobre todo, el mediterráneo. El puerto de Barcelona es el que conocía de niña porque tengo un tío que era capitán de la marina mercante. Recuerdo que íbamos a esperar la llegada de su barco y esa imagen del puerto de la Barceloneta, del mar urbano de Barcelona me sigue fascinando”.
Y siempre recomienda “perderse por Barcelona, y no solo por el casco antiguo, por el gótico… Más allá de lo que se incluye en las guías de turismo se puede entrar en los talleres de artesanos que hay en Poble Nou, ver atardecer desde la Carretera de les Aigües, recorrer sus parques secretos y descubrir esculturas como la Dama del Paraigües, que te transportan a otro tiempo. Y desde luego, degustar las joyas del modernismo, sobre todo en pintura, que a mí me parecen entre adorables y gamberras: Rusiñol, Cases, ahí hay una complicidad de una bohemia también muy cosmopolita. La Barcelona abierta al mar y no cerrada sobre su propio ombligo es la que atesoro”.
La suya es una historia de éxito, pero también de esfuerzo, sacrificio y valor. Mucho valor. Porque el relato de Joana Bonet es el de una mujer que conocedora de su valía es capaz de enfrentar sus miedos y los de la sociedad para alcanzar sus sueños. Sin duda, Joana es una de esas mujeres que han movido ficha para que el papel de todas logre avanzar posiciones en la carrera por la igualdad.