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Lo mejor de Barcelona a tan sólo 15 minutos de Seventy Barcelona

Escrito el 26/07/23 · Tiempo de lectura: 9 minutos
Casa Lleo

Seventy Barcelona es un lugar donde conviven las esencias más cosmopolitas de una ciudad polifacética. Un hotel de los que crean marca Barcelona y, mejor aún, que invita a quedarse. Su fachada acristalada da entrada al White Hall, un impresionante vestíbulo cuyo fondo de pared consiste en una ciclópea instalación de libros. Clasicismo y Modernidad como señas de identidad. Esa combinación nos da las primeras pinceladas de lo que Seventy Barcelona ofrece a todo aquel que lo visita: un lugar de encuentro de ciudadanos y foráneos que buscan calidez y confort a la hora de conversar acompañados de un café́, de un té, o de un cóctel. Todo eso de puertas para dentro. Hacia fuera, Seventy Barcelona es el punto de partida y de llegada a algunos de los principales landscapes de nuestra ciudad, ya que se ubica en la confluencia entre dos de los barrios más icónicos de Barcelona, como son Gràcia y el Eixample. Ese enclave estratégico permite que el viajero pueda disfrutar de monumentos emblemáticos de la ciudad a menos de quince minutos a pie. ¿No te lo crees? ¡Nosotros te lo enseñamos!

Comenzamos nuestro tour dirigiéndonos hacia el Eixample barcelonés, puente entre la Vila de Gràcia y la Barcelona milenaria. Allí, gracias al poder visionario de Ildefons Cerdà, nació un barrio futurista de geometrías racionales, tal como demandaba un mundo en plena Revolución Industrial. Sintiendo ya desde la misma puerta de Seventy Barcelona la emoción de adentrarnos en un barrio histórico, llegamos a nuestra primera parada.

Un gran castillo medieval en el centro de Barcelona

A tan sólo tres minutos a pie del hotel encontramos La Casa de les Punxes, un edificio con apariencia de gran castillo gótico que esconde un conjunto de pisos. En su origen, fue concebido como residencia para las tres hermanas de la familia Terradas. Sobre estos tres bloques diferentes, Josep Puig i Cadafalch realizó una reforma unificando los tres cuerpos en uno solo a través de una gran fachada de obra vista. Para ejecutar la obra se inspiró en el castillo de Neuschwanstein, de corriente wagneriana. El resultado final fue una construcción imponente de una manzana triangular de casas y que recuerda a un gran castillo medieval con cuatro torres con cubierta cónica, que han dejado en la memoria de la ciudad el nombre popular por el que hoy es conocida: la Casa de les Punxes. Con este imponente aspecto exterior, el edificio no tardó en hacerse un hueco en los circuitos turísticos de Barcelona, que permiten una visita para descubrir el modernismo catalán a través del ladrillo visto de la fachada o del hierro forjado de los balcones.

casa de les punxes

Tras las huellas de Gaudí

Con el asombro que nos produce encontrar un “castillo medieval” en el centro de la ciudad, seguimos nuestro tour hacia el corazón del Eixample a través de su eje principal: El Passeig de Gràcia. A través de este señorial paseo podremos movernos por el barrio a izquierda y derecha sin posibilidad de perdernos, ya que, gracias a su diseño cuadriculado, siempre encontraremos el camino de vuelta a una calle que supone la auténtica columna vertebral del Eixample. A través de sus calles rectilíneas encontraremos todo. Los mejores comercios, los mejores restaurantes y, por supuesto, el mejor legado de la Barcelona modernista. Allí encontraremos la zona más privilegiada del Eixample, la Milla de Oro, considerada como un museo al aire libre con obras de Antoni Gaudí, de Domènech i Montaner y de Puig i Cadafalch, entre otros.

Uno de los grandes tesoros diseñados por Antoni Gaudí es la Casa Milà, conocida popularmente como "La Pedrera", quizás su edificio más imaginativo. Un edificio declarado Patrimonio de la Humanidad que un siglo después se mantiene en la vanguardia arquitectónica. Es una obra atemporal, de plena actualidad, que nunca pasa de moda, porque es única y, a la vez, siempre sorprendente a los ojos del visitante. En La Pedrera, Gaudí deja manifiesto por qué se lo conoce como el arquitecto de las formas imposibles. Sólo hay que fijarse en la fachada. El efecto, a los ojos de quien la contempla, es el del movimiento de las olas del mar, como si fuera un homenaje al Mediterráneo. Otro detalle es la forma en la que se tallaron las piedras, dotándolas de un aspecto rugoso, que recuerda una pedrera, coincidencia que acabó dando nombre a la casa. Ofrece visitas guiadas a diferentes espacios de la casa y exposiciones de arte.

La Pedrera

Seguimos nuestro tour Passeig de Gràcia abajo, en dirección al mar. Apenas a seis minutos a pie desde la Pedrera llegamos a otro de los puntos icónicos de nuestra ruta de hoy: La manzana de la discordia. Un tramo del bulevar barcelonés, en la confluencia con las calles Aragón y Consell de Cent, en el que conviven tres edificios icónicos del Modernismo diseñados por tres de sus máximos exponentes: La Casa Batlló, de Antoni Gaudí, la Casa Amatller, de Puig i Cadafalch, y la Casa Lleó i Morera, diseñada por Lluís Domènech i Montaner. No sólo coinciden en el mismo espacio, sino que también lo hicieron en el tiempo, ya que se construyeron en los mismos años. Este hecho generó en la opinión pública de la época un debate sobre cuál de los tres era más bello y creando entre sus arquitectos una rivalidad que, en realidad, jamás existió.

Casa Batllo

Si llegados a este punto el viajero sigue ávido de Modernismo, simbología y formas imposibles, sólo nos queda recomendar la joya de la corona: la Sagrada Familia, considerada la obra cumbre de Gaudí, y uno de los monumentos más visitados de Barcelona. Para ello, los interesados deberán alargar su paseo o coger la línea 2 del metro, justo delante de la Casa Batlló, y bajarse en Sagrada Familia, a los pies de la basílica. No vamos a descubrir en este post los encantos y bellezas que atesora la iglesia europea más visitada tras la de San Pedro de El Vaticano. No acabaríamos nunca. Tan sólo nos queda recomendar encarecidamente su visita, previa reserva de entradas, y deleitarse con todos y cada uno de los detalles ideados por el genio de Reus. Porque, aunque acabarla tenga mérito (se comenzó en 1882 y se prevé que finalice en 2030), el auténtico prodigio fue imaginarla. Y es que Gaudí no dejó nada al azar. Todo en ella está precisamente calculado. Hasta su altura definitiva, de 172 metros, solo uno por debajo de la montaña de Montjuic, con 173, para que “la obra del hombre no supere a la obra de Dios”. Palabra de Gaudí.

Sagrada Familia

Del Antiguo Egipto a la Francia de María Antonieta en cuatro minutos

Si, por el contrario, tanta belleza arquitectónica nos acerca al síndrome de Stendhal, el Eixample ofrece otros tesoros por descubrir, más allá del Modernismo. Y como huéspedes de Seventy no hace falta apenas caminar. Entre la Casa Amatller y la Casa Lleó-Morera tenemos una de esas joyas escondidas que dejan boquiabierto a aquel que lo descubre. Nos referimos al Museo del Perfume, camuflado, literalmente, en el interior de la perfumería Regia. Por fuera, una perfumería normal. En su interior, el Museo del Perfume, inaugurado en 1963 con la voluntad de ofrecer un repaso histórico en torno al mundo del perfume: frascos y recipientes desde la antigua Grecia a la Francia de María Antonieta. La colección cuenta con más de 10.000 recipientes de todas las épocas, con ejemplares históricos como el frasco Le Roi Soleil, que creó Salvador Dalí, o algunos de marcas como Dior o Guerlain.

Si este pequeño recorrido por la historia nos ha despertado interés por conocer más sobre nuestro pasado, la siguiente parada que os recomendamos es el Museo Egipcio de Barcelona, a tan solo cuatro minutos del Museo del Perfume. Allí encontraremos piezas de un valor inestimable que ilustran la evolución del arte egipcio. Desde una imagen colosal de Ramsés II hasta sarcófagos, joyas y recipientes de perfumes. La visita supone una inmersión exprés en la cultura egipcia, con piezas y muestras que nos hacen entender cómo vivían a la orilla del Nilo. La importancia de los faraones como portadores de la sangre divina, la joyería, la cerámica, las dependencias funerarias, la cosmética o, incluso, el erotismo son algunas de las áreas temáticas en las que se divide el tour.

Museo egipcio

Adentrándonos en la Barcelona del presente y el futuro

Hemos llegado ya a nuestro punto más alejado desde Seventy. Y aunque hemos realizado varias paradas, la realidad es que nos encontramos a tan solo 15 minutos del hotel. Dada la enorme cantidad de puntos de interés encontrados en esta distancia, creemos que toca comenzar ya el camino de vuelta. Y lo haremos a través de dos edificios que nos muestran que Barcelona es una ciudad viva y capaz de reinventarse de forma periódica. En la calle Aragón encontramos la sede de la Fundació Antoni Tàpies, creada para promover el estudio y el conocimiento del arte moderno y contemporáneo.

Fundacio Antoni Tapies

Para ello, Tàpies eligió un edificio modernista de Domènech i Montaner, que fue restaurado y acondicionado para su uso actual. El edificio fue el primero del Eixample barcelonés que integraba la tecnología industrial, combinando hierro y ladrillo visto, en el tejido del centro urbano. La fachada se corona en su azotea con la obra Nube y Silla, realizada con tubos de aluminio y alambres, representa el emblema del museo. Pasado, presente y futuro conviviendo en perfecta simbiosis. Ya en su interior, la Fundación alberga la colección más completa que existe de este relevante artista, a través de cuyos cuadros, grabados y esculturas es posible apreciar su trayectoria creativa. Estas muestras se combinan con la organización de exposiciones temporales, simposios, y ciclos de cine con la edición de publicaciones diversas.

Tras visitar la Fundació Tàpies, podemos volver nuestros pasos de nuevo hasta Passeig de Gràcia, pero ahora en sentido ascendente. Durante el trayecto podremos deleitarnos con los innumerables detalles que hacen de esta arteria una de las más señoriales de Barcelona: sus farolas modernistas con sus bancos de mosaicos, su embaldosado marino, su tradicional Panot, La Pedrera vista ahora desde la acera de enfrente, las tiendas más exclusivas… Aunque la distancia que nos separa del siguiente punto de interés es de apenas 10 minutos, podemos tomarnos todo el tiempo del mundo disfrutando todos y cada uno de los elementos que lo componen.

Llegamos ya a nuestra última parada, la Casa Seat, un espacio multicultural promovido por SEAT, empresa de automoción vinculada a Barcelona desde hace más de seis décadas. Anteriormente sede de un banco, el edificio ha sido restaurado por Carlos Ferrater y su estudio Office of Architecture in Barcelona (OAB), artífice entre otros de la fachada de Seventy Barcelona. ¿Y qué podemos hacer en Casa Seat? Disfrutar de eventos culturales, debates sobre la movilidad, exposiciones de todo tipo y una oferta gastronómica de proximidad.

Ummmm, ¿hemos hablado de comer? Una ruta como la aquí propuesta seguro que ha abierto el apetito a más de uno, así que llega el momento de reponer fuerzas. Para ello, y dada la cercanía con Seventy Barcelona (cuatro minutos a pie), recomendamos la vuelta al hotel.

Allí podremos disfrutar de una gastronomía de estilo mediterráneo que tiene como principio la calidad del producto y la sencillez de sus saludables recetas. De los ñoquis a las croquetas, todos los productos base con los que se construyen los platos se preparan en las cocinas del hotel. Con esta proximidad, se presenta una propuesta de carácter internacionalmente casero. Carácter mediterráneo, carácter global. Nada mejor que tener la habitación bien cerquita después de comer para ponernos cómodos, darnos una ducha y descubrir los beneficios de otra costumbre mediterránea: la siesta. Sin duda nos la habremos ganado.