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Rosa Estrella Tasty House Tibidabo

Escrito el 20/12/18 · Tiempo de lectura: 5 minutos
Rosa Estrella Tasty House

El sueño americano made in Barcelona

Desde hace algunas semanas los vecinos del Barri de Sant Gervasi pueden disfrutar de una nueva boutique gourmet situada en los bajos del emblemático edificio La Rotonda. Se trata de Rosa Estrella Tibidabo, el proyecto más ambicioso de Edgar y Lucy, un matrimonio de origen boliviano que de la nada ha creado su pequeño imperio en el mundo de la alimentación.

"Escogimos este nombre porque así se llaman nuestras hijas". Esto es lo primero que nos cuenta Edgar, propietario junto a su esposa del negocio y de otros establecimientos más, especializados en fruta y verdura, que se extienden por toda la zona alta de Barcelona. Y es que en Rosa Estrella todo tiene un marcado carácter familiar, comenzando por los orígenes del negocio y pasando por la gestión de cada uno de los más de 25 comercios que poseen.

La historia de Rosa Estrella habla del éxito de una familia logrado a base de esfuerzo y trabajo, mucho trabajo. Pero también de coraje y sacrificio por alcanzar un sueño. Una historia que seguro inspirará a aquellos que estén pensando en abrir un negocio.

En el año 2004 Lucy, licenciada en enfermería en su país natal, decidió venir a Barcelona para cursar un máster en enfermería quirúrgica en el Hospital de Bellvitge: "En realidad me marché de Bolivia sin el consentimiento de mis padres. Ellos querían que trabajara de lo que había estudiado, pero desde pequeña siempre he sido muy independiente, me gusta poder dar un poco más de mí en todo lo que hago. Sentirme entre el médico y el auxiliar para mí era muy limitante". De modo que dejó el trabajo que había conseguido en una ONG alemana tras licenciarse y, sin más, se vino a España.

Rosa Estrella

Todo el tiempo que duró su máster estuvo sirviendo en una casa para poder mantenerse, pues encontrar trabajo de enfermera en Barcelona era una tarea complicada a causa de sus limitaciones con el catalán. Fue por aquel entonces que decidió abrir su primer negocio con una de sus hermanas: una pequeña tienda de fruta y verdura ubicada en el barrio del Guinardó. Este sería el comienzo de la cadena de fruterías Dylan que Lucy gestiona junto a sus hermanas y que, actualmente, suma 9 establecimientos.

"La venta siempre se me ha dado muy bien", explica Lucy. "Ya desde pequeña mi padre, que es agricultor, me pedía que le vendiera la cosecha cuando llegaba el fin de semana con el camión, porqué se me daba muy bienCreo que ahí empezó mi pasión por la fruta y la verdura, que es donde me siento a gusto, donde disfruto. Y cuando uno disfruta intenta hacer lo mejor que puede cada día”.

Como en toda buena historia, este relato también encierra una bonita historia de amor. Y encima con final feliz. Edgar y Lucy vivieron durante su juventud una relación que mantuvieron en la distancia cuando ella decidió trasladarse a España. Por aquel entonces Edgar estudiaba su carrera de administración y dirección de empresas en Bolivia mientras luchaba por mantener su noviazgo a flote a pesar de la lejanía. Dos años más tarde, la misma semana en la que defendió su tesis, hizo sus maletas y se mudó a España para reencontrase con ella.

Sin embargo, aunque su relación fue prosperando, la pareja siempre tuvo muy claro que prefería no mezclar negocios y amor, una premisa que mantienen firme aun hoy en día, tras casarse y formar una familia. Así, mientras Lucy expandía su negocio, Edgar creó KCH Fruit, otra cadena de fruterías que cuenta actualmente con 10 establecimientos, y con la que compite directamente con su esposa. “Yo siempre he sido muy competitivo. De pequeño jugaba muy bien a baloncesto, era muy bueno en el billar... Me gusta ser el mejor en todo lo que hago, cualquier cosa. Yo siempre digo ‘pa’ todo soy bueno’. Me gusta estudiar y aprender aquello a lo que me dedico para tratar de hacerlo lo mejor que se pueda. Y en los negocios lo mismo”, cuenta Edgar.

Rosa Estrella

A pesar de que cada uno gestiona sus empresas, todas las decisiones las toman de forma conjunta en familia, compartiendo opinión, conocimiento y consejo. Edgar aporta su espíritu innovador, no le asusta afrontar nuevos retos o invertir en las últimas novedades. Lucy, mucho más intensa, imprime su carácter detallista en todo lo que hace. Es más conservadora y le gusta afianzar todo antes de asumir un nuevo paso. De modo que entre los dos mantienen un equilibrio casi perfecto. Juntos avanzan a paso firme pero constante, pues desde su llegada a España el matrimonio no ha dejado de abrir negocios bajo las marcas DYLAN, KCH FRUIT, KUMATO, MÉS QUE CARN, REDLY FRUITS y ROSA ESTRELLA TASTY HOUSE. En total más de 25 establecimientos, todos relacionadas con el mundo de la alimentación.

Detrás del éxito de esta familia no se esconde un estudiado plan de marketing ni una metódica estrategia de ventas, simplemente hay pasión por el trabajo bien hecho, amor por su profesión y un indiscutible olfato para los negocios. Si les preguntas cuál ha sido la clave de su éxito, ambos lo tienen muy claro: "Llegamos aquí sin nada, de modo que no tenemos miedo a perderlo todo, porque sabemos vivir sin nada." Tal como nos cuenta Lucy: “Nuestro objetivo siempre ha sido el mismo: vender cada vez más. Y si a tu negocio le dedicas tiempo, haces un buen trabajo y das lo que tienes que dar, no tiene por qué ir mal. Yo escucho mucho lo que me dice la gente, siempre me pongo en el lugar del cliente y pienso qué me gustaría encontrarme al entrar a una tienda. Siempre intento transmitir esto a mis compañeros de trabajo: ¿Tú comprarías esto? Si no lo comprarías tú, no se lo pongas a otro".

Y tras muchos años de experiencia y aprendizaje llegó un punto en el que el matrimonio se sintió preparado para dar un paso más: “Nos sentíamos limitados, queríamos superarnos a nosotros mismos y de nuestro deseo de seguir avanzando nació Rosaö Estrella Tibidabo. El edificio de La Rotonda era un enclave perfecto para nuestro proyecto, por su historia, su estética y situación estratégica. Siempre hemos sabido que queríamos crecer y continuar ofreciendo un producto y un servicio impecable y de mayor calidad, y creo que esta es una gran oportunidad para convertirnos en un punto de referencia en el mundo de la alimentación”.

Quien visite Rosa Estrella Tibidabo se encontrará un local gourmet de estética muy cuidada, una conjugación perfecta entre practicidad y diseño, con un amplísimo surtido de productos: frutas y verduras, charcutería, carnicería, bodega y degustación, todo de primerísima calidad. Un concepto de tienda pensado para todo el mundo, sea cual sea su nivel adquisitivo. Además cuentan con servicio de venta online y una flota de repartidores que distribuyen las comandas a domicilio por toda la zona alta de Barcelona.

La decoración de la tienda está presidida por un enorme árbol de madera que florece en medio del establecimiento y crece y crece hasta coronar el techo. Y aún allí no se detiene y sus ramas continúan extendiéndose por todo el local. Un poco como su historia, como su vida.