Gràcia antigua, Gràcia Nueva
Gràcia es una y son muchas a la vez. Sí: es—sigue siendo— la vila, el antiguo municipio independiente de Barcelona anexionado en 1897 por real decreto junto con otros cinco núcleos del llano barcelonés (Sants, les Corts, Sant Gervasi de Cassoles, Sant Andreu de Palomar y Sant Martí de Provençals). Es, también, uno de los diez distritos de la Barcelona actual, una cuña metida entre Sarrià – Sant Gervasi y Horta-Guinardó; los tres, tras el Eixample.
Gràcia distrito contiene, a su vez, cinco barrios: en la zona norte, que en su día perteneció, en gran parte, al también absorbido municipio de Horta, encontramos tres: Vallcarca i els Penitents, el Coll y la Salut, y, al lado sur de la ronda del Mig —aquí, travessera de Dalt—, dos más; los dos, con “Gràcia” en su nombre: uno es, obviamente, el actual barrio de la Vila de Gràcia, bohemio corazón de la misma, blanco de todas las miradas, pero desplazamos el foco al otro, otra Gràcia (la segunda, la cuarta, ¿qué importa?): Gràcia Nova.
Mapa barrio de Gracia (de Vilarrubla)
El enclave pertenece, de hecho, a un barrio oficial que incluye, también, el Camp d’en Grassot, nombre del principal propietario en el momento de su urbanización, a mediados del siglo XIX. Antigua tierra de nadie rural entre la Gràcia independiente y la Barcelona intramuros, este apéndice sureste del actual distrito de Gràcia se adentra, desafiante, en la Dreta de l’Eixample y en la Sagrada Família, respetando la trama de Cerdà en 19 manzanas donde va a morir el paseo de Sant Joan. Pero nos fijamos en la parte norte de este barrio, la llamada Gràcia Nova, una franja estrecha articulada alrededor de las calles Ca l’Alegre de Dalt y Secretari Coloma, paralelas, que rompe sin piedad la diagonal Pi i Margall, frontera sur de esta otra Gràcia.
La denominación moderna “Gràcia Nova” se refería, inicialmente, a su zona comercial, y no es, pues, un nombre histórico ni, según algunos, tampoco muy adecuado. Se trata, de hecho, de la parte alta del dicho Camp d’en Grassot, el nombre tradicional de la cual es caserío (veïnat) de Ca l’Alegre de Dalt. Se trata de una zona relativamente autónoma de la vila; se caracteriza por una urbanización distinta, con edificios más recientes y mayor concentración comercial.
Uno de los edificios emblemáticos de Gràcia Nova es, en el extremo norte del área, la modernista casa Josep Barnolas (Camèlies, 40), una torre unifamiliar de 1905 de la que se conserva intacta la preciosa fachada curvilínea. Muy cerca, se encuentran dos equipamientos fundamentales: la clínica Nostra Senyora del Remei —también hay otra sólo de tercera edad: Hestia Gràcia, antigua Secretari Coloma—, y el Centro Deportivo Municipal Sardenya, que incluye el campo de fútbol municipal Nou Sardenya, terreno de juego del emblemático Club Esportiu Europa, fundado en 1907 y que actualmente milita en la tercera división.
Casa Josep Barnolas (foto de Rosanna).
Campo de Fútbol del Club Esportiu Europa (foto de Amadalvarez)
En la parte baja del pequeño barrio, ya cerca de Pi i Margall, encontramos la moderna parroquia de Sant Carles Borromeu, muy cerca de la parada de Joanic de la L4 de metro (la amarilla), y el Mercat de l’Estrella. Pero esto no es todo: también encontramos la escuela pública Pau Casals – Gràcia y, en el centro del barrio, toda una institución teatral: la Sala Beckett.
Iglesia de Sant Carles Borromeu (foto de Jordi Ferrer)
Sala Beckett (foto de Jordi Ferrer)
Este es el interesante entorno de las oficinas de Núñez i Navarro en Ca l’Alegre de Dalt, 55-57, esquina Providència, disponibles para alquiler. El edificio Providència y los bajos de Ca l’Alegre de Dalt suman un total de 1.425 metros cuadrados, y, en el número 66 de la misma calle, Núñez i Navarro también alquila dos locales de unos 50 y 80 metros cuadrados respectivamente. Ambos corresponden a los bajos de una promoción de 28 viviendas, ya en venta sobre plano y con vistas espectaculares a mar y montaña (NN ALEGRE DE DALT).